martes, 29 de noviembre de 2011

Soy estúpida y es contagioso.

Dominaba la clase. Era el centro de atención. Envidiada, odiada y querida. Con carácter. Y con espíritu de liderazgo. Con Abril no existía el punto medio. O todo era verde o todo era rojo. Era capaz de mover masas para defender sus ideales. Desesperaba con sus pequeñas manías. Intentaba que cada día fuera nuevo, porque estaba cansada de la rutina. Caminaba con paso decidido por el instituto con su camiseta mojada levantando la expectación de quién se encontraba a su paso. Corrió al baño a quitarse la camiseta antes de que el frío se apoderara de su cuerpo y volvió a correr para ir a clase. Entró tarde con la mirada viperina de Lisi. Entre en la clase con la camiseta mojada en la mano y la libreta y el boli en la otra. Tomó asiento maquinando su venganza. Quizás arrojarle un bote de pintura o tinta, lo que peor resulta de limpiar. Sin embargo, otro pensamiento empezó a invadir su mente según avanzaba la clase. Aquel boli, cada vez que lo movía y según le diera la luz, tenía algo escrito o quizás dibujado. El profesor iba a marchas forzadas y no había manera de copiar y descubrir que había allí impreso. ¿Se estaría emparanoiando? Ya le dolía la muñeca y ¡maldita sea! había empezado a llover. Y cada vez más fuerte y más fuerte. Y ya tenía la cabeza llena de pajaritos y no sabía ni lo que estaba copiando. Timbre.
- Al fin - se murmuró.
Bajó su vista hacia el boli y empezó a moverlo para poder ver lo que estaba escrito. Había unas cuantas frases en inglés, pero estaban desordenadas y escritas en distintas direcciones. ¡Vaya! No podía saber que significaba, así ya no tenía gracia.
-Claro que también se lo podría preguntar... - volvió a hablarse en voz alta.
Corrió por el pasillo sonriente, aunque en realidad no sabía a donde se dirigía.

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