martes, 29 de noviembre de 2011

Medias mitades.

Ser mi tía ideal es simple. Quiero que sepa divertirse. Quiero que me abra sus piernas, pero que lo haga cada noche y con la luz apagada, que solo nos ilumine la luz que se cuele por la ventana. Quiero que sepa volverme loco. ¿Candidatas?



     Olvidar apagar el despertador un sábado por la mañana es mortal. Mortal y normal. Denys ya se había acostumbrado. Y ante la tentación de volver a dormirse, se levanta con el pelo enmarañado y se prepara un café bien cargado. Se asoma a la ventana para contemplar las calles nevadas. Se fija en la ventana de enfrente donde su vecina está con un hombre y ríe para sí, la conocía bien y aunque tenía cuerpo de mujer en el fondo era una niña caprichosa se aleja de la ventana antes de que le descubran y se pone a ver la tele. Como desde hace ya unos añitos los dibujos animados no le atraen para nada, la apaga y da un par de vueltas por la casa. Finalmente decide vestirse y salir.
      No le gustaba el frío. Prefería la comodidad y sensualidad de la escasez de ropa a los gorros y abrigos. Prefería arder en pasión antes que los pies fríos. Caminaba por los bordes de las aceras como si de un funambulista se tratara y caminaba sin rumbo. Ignoraba al mundo, era lo mejor. Miraba a cada chica que le atraía esperando una mirada de complicidad que no llegaba. Tenía claro que las tías lo único que querían eran supermanes, que estuvieran buenísimos aunque "la belleza no importase", que fueran malos y les regalaran flores, que se mantuvieran en la fina línea de la perfección, como un verdadero funambulista. No les valía la fina línea amarilla que separaba la carretera de la acera. Podía asumir que el no era dulce, de hecho pasaba demasiada vergüenza ajena viendo las escenas románticas de las películas así que tampoco servía para invitar al cine a una chica. "¿Dónde se han metido las chicas auténticas?" Por que el podría jugar que en la pequeña ciudad donde vivía no había de eso. Y tampoco entendía como había llegado a comerse tanto el tarro con lo de encontrar a una chica. ¿Para qué? Luego las relaciones solo dan preocupaciones. ¡Que rabia se daba así mismo! "Esto es por pasar demasiado tiempo encerrado en casa" pensó para sí. Haber si él tampoco buscaba a una chica perfecta. A él le bastaba con encontrar su media mandarina.

1 comentario:

  1. Tengo que decirte que me gusta tu blog!! :D
    Las entradas que escribes están genial ^^
    espero verte en http://memoriasdechloe.blogspot.com

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