Zaid se sobresalta. Le están hablando. Al bicho raro de la clase alguien le estaba hablando. Abrió la boca intentando responder, pero tenía tan poca práctica que no sabía que decir.
- Di, ¿me ayudarás? - la chica se había puesto de rodillas - solo este recreo, te prometo que no te molestaré más.
Sus labios no se movían y se empezaba a sentir incómodo. Nervioso. La chica seguía insistiendo y al final terminó gritándole:
- ¡Que sí, coño!
La chica no dijo nada, posiblemente por que al fin y al cabo él le estaba haciendo un favor, pero podía sentir las miradas de sorpresa de la clase y los chismorreos de sus amigas.
- Genial, ¿entonces nos vemos este recreo en la biblioteca?
No esperó una respuesta y salió corriendo por el pasillo para no llegar tarde a su siguiente clase. Zaid se quedó allí, sentado. No tenía muy claro que era lo que quería la chica que le explicase o por qué se lo había pedido a él. Tampoco le dió importancia y simplemente dejó pasar las horas como solía hacer.
La biblioteca estaba vacía cuando llegó, se sentó y puso música en su mp4 esperando a que la chica llegara. Pasados dos minutos de que tocara el timbre la biblioteca comenzó a llenarse de gente ansiosa por aprobar, pero en la marabunta de gente no vió a la chica, la chica de la cual no recordaba su nombre, que desastre. Sacó de su mochila una diadema y se echó el flequillo hacia atrás para que no le molestara el pelo. Comenzó a tararear mientras garabateaba para perder el tiempo. En ese momento alguien tapó sus ojos.
- Te pillé.
- Aquí tienes tu boli - sonrió - No te sorprendas, voy un paso por delante.


